Loxam-Hune calcula su huella de carbono.
La huella de carbono es la causante del mayor problema que tenemos en este momento, aparte del Covid, que es el cambio climático. Casi todos los países han adoptado el propósito de lograr que haya una reducción importante de estas emisiones.
Este tema está siendo objeto de legislación en este momento, tanto en España como en el resto del planeta. Por poner un ejemplo, en diciembre de 2019 se celebró en Madrid la COP25, bajo el lema “Es tiempo de actuar”. Se denominó «La Conferencia de las Partes». Es un órgano de decisión supremo de la Convención Marco de Naciones Unidas, tratado que establece las obligaciones básicas de los Estados más la Unión Europea para combatir el cambio climático.
Compromisos para reducir los GEI
Todas las políticas y planes a este respecto hacen que las organizaciones vayan entendiendo los riesgos asociados a los GEI, animando a diseñar estrategias de sostenibilidad basadas en el cálculo de la Huella de Carbono, uno de los principales indicadores de sostenibilidad que se está ligando a la competitividad de las empresas. Ello es debido a los marcos legislativos, fondos de carbono y bolsa de carbono que se están desarrollando para reducir las emisiones de GEI y minimizar el denominado Impacto Climático.
Hay unos compromisos internacionales para cumplir unos objetivos en 2050, y aunque parece que está muy lejos, 2050 es mañana. En 2020 teníamos que haber reducido un 20% las emisiones de CO2 con respecto a 1990, y ahora se pretende llegar a 2050 con una reducción del 55%.
Esto significa que si una empresa quiere reducir un 55% sus emisiones de CO2 para cumplir los objetivos europeos y acceder a la financiación que existe para tal fin, debe marcar un punto de inicio. Para ello es imprescindible calcular la huella de carbono de dicha empresa.
Nueva Ley de Cambio Climático
Actualmente se está debatiendo en el Congreso el proyecto de Ley de Cambio Climático donde se habla precisamente de esa transición climática y cómo abordarla. Lógicamente en ella se habla de la huella de carbono. Esta Ley está en trámite de aprobación, por lo que no tenemos todavía una Ley que obligue a su cálculo, pero tenemos algunas leyes autonómicas que sí que lo exigen. A día de hoy. dependiendo de dónde esté ubicada la empresa, estará más o menos obligada a su cálculo, pero en un año (2021), suponemos que la Ley Nacional se habrá aprobado y todas las empresas grandes o medianas van a estar obligadas por ley a calcularlo.
El objetivo de descarbonización es un objetivo común y global.
Una empresa comprometida con el medio ambiente
En este sentido, Loxam-Hune se ha convertido en una empresa comprometida con el medio ambiente al calcular y compensar su huella de carbono. Para hacerlo ha contado con Omawa y podemos decir que el resultado de esta colaboración ha sido muy positivo y motivador.
Loxam-Hune se compromete con el desempeño ambiental y el desarrollo sostenible trabajando con la huella de carbono. Este indicador está ligado con su política de proteger el medio ambiente y prevenir la contaminación. Loxam-Hune dispone además de un Sistema Integrado de Gestión. Este sistema se basa en la norma UNE-EN-ISO 9001 (2015) “Sistemas de Gestión de la Calidad. Requisitos” y en la norma ISO 14001(2015) “Sistemas de Gestión Ambiental. Requisitos con orientación para su uso”. Estas certificaciones reconocen el compromiso de protección con el entorno, el cumplimiento de la normativa vigente en Prevención de Riesgos Laborales. También reconocen la gestión eficaz de los residuos que produce su actividad industrial. La compañía también está certificada por AENOR en el Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo: ISO 45.001
Loxam-Hune calcula su huella de carbono
Hemos identificado los impactos ambientales de Loxam-Hune durante el año 2019. Lo hemos hecho analizando aspectos significativos, como consumo de gasoil, de electricidad, de materias primas, generación de residuos peligrosos y generación de vertidos. En este contexto se desarrollan objetivos y metas para su control y minimización de los impactos.
En cuanto al alcance de este informe, éste engloba las emisiones del Alcance 1, Alcance 2 y Alcance 3 derivadas de la actividad desarrollada por LoxamHune durante 2019.
El alcance 1 se refiere a emisiones directas de gases de efecto invernadero que proceden de las instalaciones de la organización. Esto incluye las emisiones directas que proceden de la combustión de calderas y combustión móvil por vehículos propiedad de la empresa. También incluye las emisiones fugitivas en sistemas antropogénicos: refrigeración y climatización. El alcance 2 analiza las emisiones indirectas de GEI causadas por la energía importada y consumidas por la organización. El alcance 3 estudia las emisiones indirectas de GEI causadas por el transporte y distribución de bienes, emisiones del tráfico de cercanías, emisiones del transporte de clientes y visitantes, viajes de negocios, etc. También se incluyen en este alcance las emisiones indirectas causadas por productos que utiliza la organización.
Nuestro proceso de trabajo
Lo primero que hacemos en Omawa es identificar los focos de emisión. Por ejemplo, cuánto combustible fósil (gasoil, gasolina, gas natural, etc) se consume. Hay que ver el consumo eléctrico que se genera, ya que la energía eléctrica no es 100% renovable la mayor parte de las veces. Otros focos de emisión son los aparatos productores de gases de efecto invernadero, hay que ver cuántos extintores, aires acondicionados o refrigerantes, etc., existen en la empresa.
Se trata de hacer un estudio pormenorizado para conocer con exactitud la generación de emisiones. Esto es algo muy interesante porque permite conocer datos que en las empresas quizá nunca se han tenido en cuenta, pero que repercuten en la cuenta de resultados. Cuantas más emisiones produce, más beneficios económicos se nos escapan. Si reduce las emisiones de CO2 está ahorrando dinero. Lo que no se conoce, no se puede gestionar, por tanto este cálculo puede ser una fórmula para llegar a gestionar algo que normalmente no se hace en la empresa, por eso es imprescindible un asesoramiento serio y profesional.
Una vez hecho ese inventario de gases de efecto invernadero, se pasa a calcular a qué gases equivalen a esas emisiones. Esto se hace mediante una normativa ISO, una metodología estandarizada a nivel internacional para que sea comparable y todo el mundo lo haga sobre el mismo sistema, y con una serie de factores de emisión que están estipulados legalmente.
A partir de aquí se auditan estos datos con un auditor acreditado y posteriormente se obtiene el sello de la ISO. A su vez registramos el cálculo en el Ministerio para la Transición Ecológica y el reto Demográfico. Posteriormente inscribimos nuestro cálculo en el Ministerio y eso otorga una certificación propia, donde queda acreditado que los cálculos son reales y veraces.
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