Participación ciudadana para una verdadera democracia
La participación de los ciudadanos en las políticas municipales se entiende como la intervención de los mismos en la esfera pública para la toma de decisiones. Esta participación activa es, cada día más, una necesidad. En una sociedad democrática avanzada, los poderes públicos deben promover que ciudadanía colabore en el ejercicio del poder y en la gestión de los asuntos locales. Esto se debe a que es a nivel local donde puede ejercerse de una manera más directa.
Las entidades públicas deben ser realmente de todos y basarse en la transparencia y en la interacción directa con los vecinos. Para este fin, se deben habilitar cauces que faciliten a los gobiernos locales contar con la opinión de la ciudadanía en el diseño de las políticas públicas.
Esta participación es un elemento esencial en las democracias contemporáneas. Es imprescindible que los ciudadanos se involucren y se comprometan cada vez más en actividades de planificación, vigilancia y evaluación de las políticas públicas.
De esta manera la participación, entendida como una manifestación activa de la libertad, es siempre un acto social. En los planes de intervención de las entidades locales, la participación ciudadana es fundamental. En ellos intervienen todos los agentes clave de un territorio, en función de sus intereses, y también en la toma de las decisiones políticas.
La participación ciudadana en las leyes españolas
Esta participación está recogida en el artículo 133 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas y en el artículo 26 de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno. También se recoge en la Orden PRE/1590/2016, de 3 de octubre, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 30 de septiembre de 2016.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es una resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015. La Agenda 2030 plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se detallan 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. La Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de septiembre de 2019 permitió a los Estados confirmar su compromiso con la Agenda 2030 y manifestar su voluntad de ampliar sus esfuerzos en este sentido.
Naciones Unidas considera que es hora de pasar de las palabras a los hechos. Es esencial que las actuaciones se centren en las necesidades reales de las personas y las comunidades. En este punto, es de vital importancia la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones.
En la cumbre de 2019, los Estados acordaron impulsar la acción local, implementar los ODS y favorecer el empoderamiento y el apoyo a las autoridades y comunidades locales. Estas tienen un papel fundamental, pero no son las únicas que deben ser tenidas en cuenta. Y es que Naciones Unidas exige a los Estados que aseguren la participación pública más amplia posible en el proceso de toma de decisiones sobre el desarrollo. Se trata de que todas las personas interesadas tengan voz y voto en aquello que les afecta.
La Agenda Urbana Española
Elevada a Consejo de Ministros el 22 de febrero de 2019, la AUE es una política nacional con la que España se suma a los trabajos iniciados por la Agenda 2030. Persigue el objetivo de lograr un desarrollo urbano sostenible que piense globalmente en todos los retos que tienen planteados los pueblos y ciudades que dan cobijo a la población. Retos sociales, ambientales y económicos, pero también de cultura ciudadana y de educación. Todo ello en el marco de los respectivos contextos territoriales, históricos y culturales.
La forma en la que se planifican, diseñan y construyen las ciudades es un tema crucial. Se trata de decisiones que afectan de manera esencial a nuestros espacios, al desenvolvimiento de nuestra vida cotidiana y a la calidad de vida. Por eso es tan importante desarrollar una cultura de la participación que permita que todas las voces sean tenidas en cuenta.
La Agenda Urbana Española responde al cumplimiento de los compromisos internacionales de la Agenda 2030, la Nueva Agenda Urbana de Naciones Unidas y la Agenda Urbana para la Unión Europea.
“No existe una receta única para lograr el desarrollo urbano sostenible. La Nueva Agenda Urbana proporciona los principios y las prácticas probadas para dar vida a ese ideal, para trasladarlo del papel al mundo real. Que inspire e informe a los encargados de tomar decisiones y a los habitantes urbanos del mundo para que se apropien de nuestro futuro urbano común.
En esta coyuntura decisiva de la historia de la humanidad, repensar la forma en que planificamos, construimos y gestionamos nuestros espacios urbanos no es una opción, sino un imperativo. Nuestro trabajo para alcanzar ese ideal empieza ahora”.
Extracto del Prólogo de la Agenda Urbana de Naciones Unidas, adoptada en la Conferencia Hábitat III, en octubre de 2016. Quito (Ecuador).
Agenda Urbana y mecanismos que permean la localización e implementación
El principio de participación y apropiación democrática es clave en el proceso de localización e implementación de los ODS a nivel local. Permite identificar las necesidades, intereses y prioridades a nivel local o comunitario. Los gobiernos locales, por su cercanía a la ciudadanía, están mejor posicionados para escuchar de manera activa e impulsar procesos participativos que generen consensos sobre las prioridades políticas en clave ODS, que permitan construir colectivamente nuevas narrativas y procesos de cambio que sean realmente transformadores. De esta forma se refuerza la adhesión de la ciudadanía a las políticas y planes que se definan.
¿Cuándo es precisa la participación en el proceso de localización? Ha de ser un proceso continuo desde el inicio, evitando que se limite a consultas o reuniones esporádicas de la ciudadanía en su conjunto. También se realiza a través de las organizaciones de la sociedad civil y del sector privado que la represente. Cuando la ciudadanía participa en la fase de planificación de un plan o proyecto, se genera una mayor apropiación del proceso. Esto tiene efectos positivos en su disposición para participar e involucrarse en las etapas de implementación y seguimiento.
La participación ha de estar debidamente planificada y documentada, con agendas que aborden aspectos concretos del proceso de localización. Asimismo, las temáticas deben ser específicas y corresponderse con el ámbito de actuación, especialización y posible valor añadido de cada actor implicado.
Estructuras y espacios de participacion
Es clave contar con estructuras institucionales permanentes, preferiblemente de carácter mixto público-privado. Grupos de trabajo, comisiones mixtas, mesas de diálogo son algunos ejemplos. Estas estructuras contribuyen a fortalecer con el tiempo las capacidades de los diversos actores presentes en el territorio. También ayudan a establecer sólidas relaciones de confianza, apoyo y cooperación. No obstante, en ocasiones puede ser conveniente reunirse con carácter previo con los diversos actores de manera individual. Posteriormente se organiza una reunión/taller con todos ellos para un mayor intercambio y generación de consensos.
En particular, la organización de las consultas y espacios de participación ha de favorecer la participación inclusiva y de calidad de todas las personas, con una especial atención a las mujeres. Por ejemplo, horarios compatibles con la conciliación de la vida familiar y laboral, servicio de guardería, etc. La accesibilidad para las personas con discapacidad o la diversidad de culturas presentes en el territorio también han de tenerse en cuenta.
Herramientas para la participación ciudadana
Desde el marco de Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la participación de la ciudadanía es imprescindible para considerar los planes de desarrollo de los Gobiernos. También es vital para que las comunidades puedan exigir responsabilidades a sus autoridades respecto al uso que hacen de los recursos locales y las repercusiones que consiguen.
Como consecuencia, el objetivo principal de la participación ciudadana en los planes de intervención es lograr un desarrollo territorial más sostenible, equilibrado e igualitario. La participación de los ciudadanos en estos planes tiene como consecuencia una mejora en la calidad de vida de toda la población.
Por ello, la participación de los ciudadanos consigue transformar las decisiones sobre los asuntos públicos. Es decir, está estrechamente vinculada con herramientas participativas. Estas herramientas son, entre otros, los Planes Estratégicos Territoriales (Agenda Urbana, Plan de Acción por el Clima y la Energía, PACES, Plan de Movilidad Urbana Sostenible, PMUS, etc) y los Presupuestos Participativos.
En estas herramientas de participación, los ciudadanos no solo aportan ideas, también debaten sobre problemáticas concretas. También se contemplan instancias plenas de decisión donde participan y se convierten en un órgano regulador.
El método de trabajo de Omawa
Omawa trabaja en varios municipios repartidos por toda la geografía nacional redactando Planes de Intervención. Agenda Urbana, PMUS, PACES, son algunos ejemplos de este tipo de intervenciones. Estos planes tienen como principal objetivo promover el desarrollo sostenible de los territorios.
Utilizamos un método de trabajo alineado estrechamente con la Agenda 2030 y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
De este modo, vez finalizado el pre-diagnostico del municipio, creamos varios espacios participativos:
- Talleres Consistoriales. Validamos, completamos, debatimos y mejoramos los datos del pre-diagnostico con los responsables de todas las áreas municipales.
- Mesas Sectoriales Abiertas. Se realizan unas mesas de participación en cinco áreas donde se invita a los agentes claves del territorio. Los ámbitos son: espacial, social, económico, medioambiental y de cambio climático.
- Participación online. A través de la pagina web de ayuntamientos y redes sociales se publican unos formularios para recoger propuestas, permitiendo la participación de cualquier ciudadano.
Estos espacios participativos permitirán redactar el diagnostico definitivo. De esta forma, gracias a la participación de todos los agentes territoriales, se logrará un Plan de Acción realista, plural y consensuado. Este Plan debe representar de manera fiel las necesidades reales de los territorios y de su ciudadanía.
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